Los conflictos que nunca llegaron a los libros de texto
Episodio 8 — La expulsión de los acadianos
La deportación masiva que arrancó a miles de familias de sus hogares en Canadá y que moldeó la identidad de toda una diáspora.
En 1755, en plena pugna imperial entre Francia y Gran Bretaña, comenzó uno de los episodios más traumáticos de la historia de Canadá: la expulsión de los acadianos. Estas comunidades francófonas, asentadas desde hacía generaciones en Nueva Escocia, fueron acusadas de simpatizar con Francia y de negarse a jurar lealtad incondicional a la Corona británica.
La respuesta británica fue drástica. Miles de familias fueron desalojadas de sus hogares, separadas y embarcadas a la fuerza en navíos que las dispersaron por distintas colonias, desde las Trece Colonias hasta Luisiana. Muchas murieron en el trayecto debido a enfermedades, hacinamiento y condiciones inhumanas.
Para los acadianos, la deportación significó la pérdida de su tierra, su identidad territorial y su cohesión comunitaria. Sin embargo, también dio origen a nuevas culturas, como la cajún en el sur de Estados Unidos, que conserva elementos lingüísticos y culturales de aquellos exiliados.
La expulsión de los acadianos fue parte de una estrategia más amplia de control territorial y demográfico por parte del Imperio Británico. Al eliminar a una población considerada “poco fiable”, buscaban asegurar el dominio sobre una región clave en la lucha por Norteamérica.
Hoy, este episodio es recordado como un acto de limpieza étnica que marcó profundamente la memoria colectiva de Canadá y de la diáspora acadiana.
¿Cuántas comunidades más han sido arrancadas de su tierra simplemente por no encajar en los planes de un imperio?
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