馃嵑 Tres borrachos en una caba帽a: C贸mo se destruy贸 un imperio, se ignor贸 un refer茅ndum y naci贸 la "democracia" rusa 馃嚪

8 diciembre 1991: tres l铆deres borrachos disolvieron la URSS ignorando refer茅ndum donde 77% vot贸 mantenerla. El saqueo que cre贸 oligarcas y la miseria que trajo Putin.

Tres borrachos en una caba帽a: C贸mo se destruy贸 un imperio, se ignor贸 un refer茅ndum y naci贸 la "democracia" rusa

馃攳 Introducci贸n: El d铆a que 300 millones de personas amanecieron en pa铆ses nuevos

El 8 de diciembre de 1991, tres hombres se reunieron en una reserva natural de Bielorrusia llamada Belav茅zhskaya Pushcha, cerca de la frontera con Polonia. Boris Yeltsin (Rusia), Leonid Kravchuk (Ucrania) y Stanislav Shushk茅vich (Bielorrusia) firmaron un acuerdo que declaraba oficialmente la disoluci贸n de la Uni贸n Sovi茅tica y creaba en su lugar la Comunidad de Estados Independientes. El problema: en marzo de 1991, el 77% de los ciudadanos sovi茅ticos hab铆a votado en refer茅ndum a favor de conservar la URSS "en una federaci贸n renovada". Yeltsin actu贸 ilegalmente, haciendo caso omiso de una constituci贸n vigente, en un "secretismo absoluto", y por miedo a ser detenido. Como medida de precauci贸n, se reunieron en la frontera con Polonia, lo que indica que habr铆an considerado seriamente huir si las cosas sal铆an mal. Mija铆l Gorbachov, presidente de la URSS, se enter贸 de que su pa铆s hab铆a desaparecido... por tel茅fono. Esta es la historia de c贸mo tres l铆deres destruyeron un imperio de 69 a帽os en una noche, facilitando el mayor saqueo econ贸mico del siglo XX y creando las condiciones para el surgimiento de Vladimir Putin.

馃棾️ El refer茅ndum que nadie respet贸

17 de marzo de 1991: el pueblo dice "NO" a la disoluci贸n

Con una participaci贸n del 80%, el 76.4% de los ciudadanos sovi茅ticos se expres贸 a favor de conservar la URSS "en una federaci贸n renovada de rep煤blicas soberanas". El refer茅ndum fue boicoteado en Armenia, Estonia, Letonia, Lituania, Georgia (excepto en Abjasia y Osetia del Sur) y Moldavia (excepto Transnistria y Gagauzia). Pero en las rep煤blicas que participaron, el mensaje fue claro: la gente quer铆a reformar la URSS, no destruirla.

Gorbachov propuso la firma de un Nuevo Tratado de la Uni贸n para salvar al pa铆s de la crisis. El nuevo tratado dejar铆a al gobierno central solo los asuntos de defensa y pol铆tica exterior, otorgando autonom铆a m谩xima a las rep煤blicas. Los parlamentos de las rep煤blicas estaban discutiendo activamente este proyecto redactado por el Consejo de Estado de la URSS cuando Yeltsin decidi贸 dinamitarlo todo.

Yeltsin vs. Gorbachov: el duelo por el Kremlin

En junio de 1991, Boris Yeltsin fue elegido presidente de la RSFS de Rusia como candidato independiente, tras haberse dado de baja del Partido Comunista en julio de 1990. Su plataforma era simple: soberan铆a rusa frente al "centro sovi茅tico". El 12 de junio de 1990, el Congreso de los Diputados del Pueblo de Rusia aprob贸 la Declaraci贸n de Soberan铆a Estatal, estableciendo que las leyes rusas ten铆an supremac铆a sobre las sovi茅ticas.

El golpe de Estado de agosto de 1991 contra Gorbachov, organizado por el ala dura del Partido Comunista, fracas贸 espectacularmente. Yeltsin se subi贸 a un tanque frente a la Casa Blanca rusa y lider贸 la oposici贸n popular. El golpe dur贸 tres d铆as y colaps贸 el 21 de agosto. Pero en lugar de salvar a la URSS, aceler贸 su desintegraci贸n. Yeltsin sali贸 como h茅roe, Gorbachov qued贸 pol铆ticamente muerto.

En una sesi贸n del Parlamento sovi茅tico el 23 de agosto, Yeltsin humill贸 p煤blicamente a Gorbachov exigi茅ndole que firmara un decreto para cesar las actividades del PCUS. La escena fue televisada: el presidente sovi茅tico, derrotado y desmoralizado, firmando su propia irrelevancia mientras Yeltsin sonre铆a victorioso.

馃彋️ La caba帽a de Belavezha: certificado de defunci贸n firmado en secreto

7-8 de diciembre de 1991: La conspiraci贸n en el bosque

Los firmantes ya hab铆an decidido destruir la URSS el d铆a anterior en una cena, pero no sab铆an que a escasos metros de ellos se encontraba un escuadr贸n especial de la Seguridad del Estado de Bielorrusia, el cual esperaba la orden de arrestar a los reunidos. La orden nunca lleg贸 desde Mosc煤.

En la madrugada del 8 de diciembre, Yeltsin, Kravchuk y Shushk茅vich firmaron el Tratado de Belavezha en la mansi贸n del gobierno bielorruso en Viskuli. Estos acuerdos sepultaron de un plumazo la historia de 69 a帽os de gobierno de la Uni贸n Sovi茅tica. Solo eran tres rep煤blicas de las quince que compon铆an la URSS, pero eran las m谩s importantes y poderosas.

Significativamente, al primero que se le comunic贸 la noticia fue al presidente de Estados Unidos, George Bush, a quien Yeltsin llam贸 directamente. Shushk茅vich, quien era el encargado de comunic谩rselo a Gorbachov, aleg贸 que "no pudo comunicarse esa noche" con el l铆der sovi茅tico. La humillaci贸n era deliberada: el presidente de la URSS se enter贸 del fin de su pa铆s despu茅s que Washington.

¿Era legal?

Hubo dudas sobre si los Acuerdos de Belavezha fueron suficientes por s铆 mismos para disolver la Uni贸n Sovi茅tica, ya que fueron firmados por solo tres rep煤blicas. El art铆culo 72 de la Constituci贸n sovi茅tica de 1977 otorgaba a las rep煤blicas el derecho de separarse libremente, pero el procedimiento estaba regulado por una ley especial desde 1990.

El 12 de diciembre de 1991, el Soviet Supremo de Rusia ratific贸 los acuerdos y al mismo tiempo derog贸 el Tratado de Creaci贸n de la URSS de 1922. Pero aqu铆 viene el truco legal: seg煤n la Constituci贸n de la RSFSR de 1978, la consideraci贸n de este documento era competencia exclusiva del Congreso de los Diputados del Pueblo, no del Soviet Supremo. Yeltsin simplemente ignor贸 este detalle.

Gorbachov calific贸 de "anticonstitucionales" las acciones de los tres l铆deres. En su libro 'Reflexiones sobre el pasado y el futuro' (1999), argument贸: "El destino del Estado multinacional no puede ser determinado por la voluntad de los l铆deres de tres rep煤blicas".

Ten铆a raz贸n. Pero ya no importaba.

馃搲 El saqueo del siglo: de superpotencia a miseria en 7 a帽os

La "terapia de choque" de Harvard: cuando los economistas dise帽an desastres

Si Chicago hab铆a proporcionado las teor铆as para justificar las privatizaciones corruptas de Pinochet en Chile, Harvard, la universidad de asesores de Clinton, era la elegida para dise帽ar la privatizaci贸n de la econom铆a sovi茅tica. Larry Summers, secretario adjunto del Tesoro, fich贸 a Jeffrey Sachs (ahora arrepentido y cr铆tico ac茅rrimo de la terapia del shock) para asesorar a los "Harvard Boys" en Mosc煤.

Andr茅i Schleifer, nacido en Rusia y formado en Boston, y Jonathan Hay, de la Escuela de Derecho de Harvard, ayudaron a dise帽ar la estrategia de shock para el GKI, el comit茅 de privatizaci贸n del Gobierno de Yeltsin. Pocos a帽os despu茅s, estos dos fueron acusados de utilizar informaci贸n privilegiada durante las privatizaciones para facilitar pelotazos del fondo de cobertura de la mujer de Schleifer, Nancy Zimmerman.

Los n煤meros de la cat谩strofe

Durante el per铆odo de "desestatizaci贸n", la pobreza en Rusia subi贸 del 2% al 40% de la poblaci贸n. El FMI facilit贸 cr茅ditos por 16.000 millones de d贸lares entre 1991 y 1998, un apoyo clave a la venta a precio de saldo de las grandes empresas estatales a un pu帽ado de oligarcas.

Casi todas las industrias rusas fueron valoradas y vendidas, la mayor铆a adquiridas por unos pocos oligarcas rusos. Con intervenci贸n gubernamental limitada, la mayor铆a de las industrias desaparecieron. La moneda rusa se devalu贸 brutalmente, provocando alta inflaci贸n y la erosi贸n de los ahorros de la mayor铆a de los ciudadanos.

El programa de privatizaci贸n mediante "vouchers" fue particularmente obsceno: cada ciudadano recibi贸 un bono valorado nominalmente en 10.000 rublos que supuestamente representaba su parte de la riqueza nacional. La gente, desesperada por sobrevivir con pensiones evaporadas e inflaci贸n galopante, vendi贸 sus vouchers por vodka o unos pocos d贸lares. Los oligarcas los compraron masivamente y se hicieron con activos estatales valorados en miles de millones.

1998: El default que nadie vio venir (excepto todos)

Cuando Yeltsin pidi贸 una nueva l铆nea de cr茅dito en 1998 para asegurar acreedores asustados por la crisis en Asia, el FMI se neg贸. Rusia suspendi贸 pagos. El colapso de 1998 provoc贸 p谩nico en los mercados financieros globales.

Tras la suspensi贸n de pagos, Yeltsin fue sustituido por Vladimir Putin, que gan贸 las elecciones presidenciales de 1999. Los gobiernos occidentales aplaudieron la llegada al poder de un "l铆der fuerte" en comparaci贸n con el et铆lico Yeltsin. Tanto Bill Clinton como Tony Blair elogiaron al exl铆der de la KGB.

JP Morgan, Goldman Sachs y el gran fest铆n

Llegaron a Mosc煤 los JP Morgan y los Goldman Sachs, los Citigroup y los Long Term Capital Management, para dise帽ar el gran saqueo del Estado sovi茅tico. El gobierno de facto en un mundo unipolar tras la ca铆da de la URSS era lo que Jagdash Bhagwati, el gran economista indio, calific贸 como el "nexo Washington-Wall Street": Robert Rubin, secretario del Tesoro de Clinton y expresidente de Goldman Sachs, con su brazo derecho Larry Summers.

Los dem贸cratas de Clinton contaban con el apoyo de los bancos de inversi贸n y siempre devolv铆an el favor, aunque hicieran falta acciones militares para abrir las econom铆as de los pa铆ses reticentes al capital internacional.

馃摵 25 de diciembre de 1991: La bandera roja cae

Gorbachov: el presidente que renunci贸 en vivo

El 21 de diciembre, trece d铆as despu茅s de Belavezha, los presidentes de 11 de las 15 rep煤blicas (salvo Georgia y los tres Estados b谩lticos) ratificaron la creaci贸n de la CEI mediante la firma del Protocolo de Alm谩-At谩. Este protocolo confirm贸 el desmembramiento y la consecuente extinci贸n de la Uni贸n Sovi茅tica.

Gorbachov present贸 su dimisi贸n el 25 de diciembre de 1991, declarando que el cargo se hab铆a extinguido. Inmediatamente transfiri贸 sus poderes a Yeltsin. La dimisi贸n fue televisada, as铆 como el arriado de la bandera de la Uni贸n Sovi茅tica del Kremlin de Mosc煤, lo que capt贸 la atenci贸n mundial como acto simb贸lico del efectivo final de la URSS.

Ese mismo d铆a, el presidente de Estados Unidos, George H. W. Bush, pronunci贸 un breve discurso en la televisi贸n nacional para conmemorar el final de la Guerra Fr铆a y reconocer la independencia de los Estados surgidos de las antiguas rep煤blicas sovi茅ticas.

Al d铆a siguiente, 26 de diciembre de 1991, el Soviet Supremo de la URSS, formalmente el m谩s alto organismo gubernamental de la Uni贸n Sovi茅tica, reconoci贸 el colapso. La URSS dej贸 de existir formalmente.

馃實 Las consecuencias: de 1 pa铆s a 15 en una noche

25 millones de rusos atrapados en el extranjero

La disoluci贸n de la Uni贸n Sovi茅tica result贸 una de las p茅rdidas territoriales m谩s repentinas y dram谩ticas que acaecieran a alg煤n Estado en la historia. De la noche a la ma帽ana, aproximadamente 25 millones de rusos 茅tnicos amanecieron viviendo en "pa铆ses extranjeros".

Las fronteras administrativas sovi茅ticas, que hab铆an sido l铆neas en mapas sin mayor relevancia, se convirtieron en fronteras internacionales. Crimea, que Jrushchov hab铆a "regalado" administrativamente a Ucrania en 1954 en un gesto simb贸lico durante la URSS, de repente estaba en otro pa铆s. El Donb谩s, con mayor铆a russoparlante, qued贸 en Ucrania. Transnistria qued贸 en Moldavia. Crimea, el Donb谩s, Georgia, Nagorno-Karabaj: las semillas de todos los conflictos post-sovi茅ticos fueron plantadas en diciembre de 1991.

Putin y la "mayor cat谩strofe geopol铆tica del siglo XX"

Para Vladimir Putin, la ca铆da de la URSS y su divisi贸n en quince rep煤blicas fue "una de las mayores cat谩strofes geopol铆ticas" del siglo XX. Pero Putin tambi茅n dijo: "Quien no extra帽a la URSS no tiene coraz贸n; quien quiere restaurarla no tiene cerebro".

Putin lleg贸 al poder en 1999 prometiendo "estabilidad" despu茅s del caos de los 90. Su popularidad inicial se bas贸 en restaurar el orden estatal, controlar a los oligarcas (o al menos someterlos al Kremlin), y recuperar algo de dignidad nacional. El apoyo masivo que tiene entre rusos mayores se explica porque recuerdan la miseria de los 90: cuando las pensiones no alcanzaban para comer, cuando los ahorros de toda una vida se evaporaron, cuando los maestros no cobraban durante meses.

Occidente celebr贸 el colapso sovi茅tico como triunfo de la democracia y el capitalismo. Pero desde la crisis en Rusia de 1998 se ha ido generando una unidad antioccidental en el Sur global, centrada en sustituir al d贸lar como divisa reserva. China, que eligi贸 un camino diferente al capitalismo de shock, es un referente mucho m谩s relevante para los grandes pa铆ses en desarrollo que Estados Unidos.

馃挱 Reflexi贸n final: Cuando la democracia fue tres borrachos en una caba帽a

La disoluci贸n de la URSS no fue el triunfo de la democracia. Fue tres l铆deres ignorando un refer茅ndum popular, firmando un tratado sin autoridad constitucional, en secreto, cerca de la frontera por si necesitaban huir, y comunic谩ndoselo primero a Washington que al presidente sovi茅tico.

Nos vendieron la narrativa de que el comunismo colaps贸 bajo su propio peso, que el pueblo sovi茅tico eligi贸 libremente la libertad y el mercado. La realidad es m谩s s贸rdida: Yeltsin y su camarilla actuaron ilegalmente, destruyendo un pa铆s que la mayor铆a quer铆a reformar, no eliminar. Luego facilitaron el mayor saqueo econ贸mico de la historia moderna, empobreciendo a 150 millones de personas para enriquecer a una docena de oligarcas.

Jeffrey Sachs, uno de los arquitectos de la terapia de shock, ahora es su cr铆tico m谩s ac茅rrimo. Demasiado tarde. El da帽o ya estaba hecho.

Las consecuencias de Belavezha siguen sangrando hoy. La guerra en Ucrania tiene sus ra铆ces en ese tratado firmado por tres borrachos: fronteras inventadas convertidas en fronteras internacionales, 25 millones de rusos atrapados en pa铆ses nuevos, humillaci贸n nacional que Putin explot贸 para consolidar su poder.

Democratizar Rusia "siempre pudo haber sido una apuesta dif铆cil, dada la historia de poder centralizado del pa铆s". Pero hubiera valido la pena intentarlo. En cambio, Occidente prioriz贸 objetivos econ贸micos sobre procesos democr谩ticos. Al elegir capitalismo sobre democracia como fundamento del mundo post-Guerra Fr铆a, puso en riesgo la estabilidad, la prosperidad, y como ahora vemos en Ucrania, la paz.

El Tratado de Belavezha no solo destruy贸 un imperio. Destruy贸 la posibilidad de una transici贸n ordenada, justa y democr谩tica. En su lugar, entreg贸 Rusia a saqueadores occidentales y oligarcas locales, cre贸 el caos econ贸mico que hizo popular a Putin, y plant贸 las semillas de todos los conflictos que hoy desangran Europa del Este.

Y todo comenz贸 con tres borrachos en una caba帽a, ignorando la voluntad de 300 millones de personas, firmando el certificado de defunci贸n de un imperio... y llamando primero a Washington para avisar.


馃敟 ¿Y t煤 qu茅 opinas?

¿Sab铆as que el 77% de los sovi茅ticos vot贸 en refer茅ndum por MANTENER la URSS? ¿Te ense帽aron que tres l铆deres ignoraron ese refer茅ndum y disolvieron el pa铆s en secreto, cerca de la frontera por si necesitaban huir?

¿Conoc铆as que la "terapia de choque" dise帽ada por economistas de Harvard empobr贸 al 40% de los rusos? ¿Te parece que el FMI y Wall Street facilitaron el mayor saqueo econ贸mico del siglo para beneficiar a oligarcas?

¿Crees que la guerra en Ucrania tiene ra铆ces en Belavezha? Cuando fronteras administrativas sovi茅ticas se convirtieron en fronteras internacionales, dejando 25 millones de rusos "atrapados en el extranjero", ¿era inevitable el conflicto?

Comparte este art铆culo si crees que es hora de hablar sobre c贸mo se destruy贸 la URSS, c贸mo Occidente facilit贸 el saqueo de Rusia, y c贸mo ese caos cre贸 las condiciones para el surgimiento de Putin. Comenta tu opini贸n y ay煤danos a construir una conversaci贸n honesta sobre las mentiras que nos contaron sobre el "triunfo de la democracia".

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Objetivo del post: Exponer c贸mo la disoluci贸n de la URSS fue un acto ilegal que ignor贸 voluntad popular, documentar el saqueo econ贸mico facilitado por Occidente que empobreci贸 a millones, revelar las ra铆ces hist贸ricas del conflicto actual en Ucrania y el surgimiento de Putin, generar reflexi贸n cr铆tica sobre el "triunfo de la democracia" que fue realmente tres borrachos ignorando un refer茅ndum, posicionar el blog como referente en deconstrucci贸n de narrativas sobre Guerra Fr铆a y mundo post-sovi茅tico, y atraer audiencia cr铆tica interesada en comprender ra铆ces hist贸ricas de tensiones geopol铆ticas actuales entre Rusia y Occidente.

Nota editorial: Este art铆culo forma parte de la serie "Mentiras que hicieron historia", donde revisamos los mitos que siguen vivos en la educaci贸n formal y popular.

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