Halabja 1988: La masacre que Occidente ignoró... hasta que dejó de convenir

Halabja 1988: cómo Estados Unidos y Occidente manipularon la narrativa del ataque químico kurdo según sus intereses geopolíticos con Saddam Hussein.

🔍 Introducción: La verdad que cambia según quién la cuenta

El 16 de marzo de 1988, armas químicas convirtieron la ciudad kurda de Halabja en un cementerio de 5.000 civiles. Mujeres, niños y ancianos murieron entre nubes amarillentas con olor a manzana, asfixiados por gas mostaza, sarín y VX. Pero aquí viene lo verdaderamente obsceno: durante años, Occidente culpó a Irán, defendió al verdadero culpable y guardó silencio cómplice. Solo cuando Saddam Hussein dejó de ser útil para Estados Unidos, la masacre se convirtió en "crimen contra la humanidad". Esta es la historia de cómo una tragedia se manipuló según las conveniencias geopolíticas del momento.

🤝 Cuando Rumsfeld estrechaba la mano de Saddam

El apretón de manos que Washington prefiere olvidar

El 20 de diciembre de 1983, Donald Rumsfeld visitó Bagdad como enviado especial del presidente Ronald Reagan. La fotografía del apretón de manos con Saddam Hussein es histórica, no por diplomática, sino por hipócrita. En ese momento, Washington ya sabía que Irak estaba usando armas químicas "casi a diario" contra Irán, según documentos desclasificados del Departamento de Estado.

¿Mencionó Rumsfeld el tema de las armas químicas en su reunión de 90 minutos con Saddam? Durante años, el secretario de Defensa aseguró que sí. Pero los registros oficiales desclasificados lo desmintieron: Rumsfeld no dijo nada sobre el uso de químicos con Saddam. Solo lo mencionó de pasada con el ministro de relaciones exteriores Tariq Aziz, calificándolo como algo que "inhibía" la asistencia estadounidense. Nada más.

El enemigo de mi enemigo es mi amigo (hasta que deja de serlo)

Para Estados Unidos en los años 80, Irán era el verdadero enemigo. Después de la Revolución Islámica de 1979 y la crisis de los rehenes que hundió a Carter, Washington quería sangre iraní. La solución: armar a Saddam Hussein hasta los dientes. Entre 1983 y 1988, Estados Unidos proporcionó a Irak imágenes satelitales de posiciones iraníes, helicópteros de dispersión de agentes químicos, y hasta 60 toneladas de dimetil metilfosfonato (DMMP), un precursor para gases neurotóxicos.

La directiva de seguridad nacional NSDD 114, firmada por Reagan en noviembre de 1983, dejó claro el objetivo: proteger los intereses petroleros del Golfo y evitar que Irán ganara la guerra. Las armas químicas y los derechos humanos no aparecían entre las prioridades. ¿Por qué molestar a un aliado útil con detalles éticos?

☠️ Halabja: el día que llovió muerte

16 de marzo de 1988: cinco horas de horror químico

La masacre de Halabja ocurrió en el contexto de la Guerra Irán-Irak, cerca del final del conflicto. La ciudad había caído bajo control iraní y de combatientes kurdos de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) apenas 48 horas antes. La respuesta de Saddam fue demoledora: ocho aviones comenzaron a arrojar bombas químicas el 16 de marzo por la tarde, continuando durante toda la noche.

La mezcla era letal: gas mostaza, sarín, tabún y VX. La estrategia era calculada: primero bombas convencionales rompieron las ventanas de toda la ciudad, asegurando que los gases penetraran en cada hogar. Luego vino la lluvia química. Los civiles que quedaban en la ciudad —principalmente mujeres, niños y ancianos, ya que los combatientes se habían retirado a las colinas— no tuvieron escapatoria.

Testimonios de sobrevivientes describen un olor a manzanas que impregnaba el aire. Las víctimas murieron instantáneamente, congeladas en sus últimos momentos: madres abrazando a sus hijos, familias completas sentadas a la mesa. Otros agonizaron durante horas con quemaduras químicas, vómitos y ceguera. Más de 5.000 personas murieron en cuestión de horas. Entre 7.000 y 10.000 quedaron heridos, muchos con daños neurológicos permanentes.

Las imágenes que Irán mostró al mundo

Fue la televisión iraní la que documentó la masacre. Una semana después del ataque, periodistas iraníes entraron a Halabja y filmaron los cadáveres sin heridas aparentes: cuerpos de niños en las calles, familias enteras muertas en sus hogares. Las imágenes eran incontrovertibles. En abril de 1988, Médicos Sin Fronteras confirmó el uso de gas mostaza y probablemente cianógeno.

Pero aquí viene el giro perverso: en lugar de condenar a Saddam, Estados Unidos culpó a Irán.

🎭 La manipulación de la narrativa: tres versiones para una masacre

Versión 1 (1988-1990): "Fue Irán" o "Fue un accidente"

Inmediatamente después de la masacre, el gobierno de Estados Unidos difundió la versión de que las muertes fueron accidentales, causadas cuando los ocupantes iraníes manipulaban agentes químicos. Algunos funcionarios sugirieron que Irán había usado cianógeno contra la población civil.

La Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) y analistas de la CIA como Stephen Pelletiere promovieron activamente esta narrativa. El argumento era que Irak no poseía el tipo de gas que mató a los kurdos, específicamente cianógeno derivado del cianuro, pero Irán sí. Era una mentira conveniente: protegía al aliado de Washington y culpaba al enemigo.

¿Cuántos medios internacionales protestaron? Prácticamente ninguno. El Washington Post enterró la noticia en la página A19. El Los Angeles Times le dedicó 93 palabras en la página 2. The New York Times prefirió hablar de basura ilegal en Nueva Jersey. Solo un diplomático sueco —por iniciativa propia, no por órdenes de su gobierno— denunció públicamente lo ocurrido.

Versión 2 (1990-2003): Silencio estratégico

Después de la invasión de Kuwait en 1990, las relaciones entre Estados Unidos e Irak se deterioraron rápidamente. Saddam pasó de aliado a enemigo. Pero durante la década de los 90, Halabja permaneció en una zona gris narrativa: se reconocía vagamente que había ocurrido algo terrible, pero sin profundizar en responsabilidades ni en la complicidad occidental.

Documentos internos iraquíes capturados durante el levantamiento kurdo de 1991 fueron reveladores: un télex del 11 de abril de 1988 de la Dirección de Inteligencia Militar iraquí en Sulaymaniyah mencionaba un video en venta que mostraba "el ataque químico iraquí sobre Halabja". Una carta del 27 de marzo de 1988 describía el bombardeo químico eufemísticamente. La evidencia documental era clara, pero Occidente no tenía prisa por revisarla.

Versión 3 (2003-presente): "Saddam usó químicos contra su propio pueblo"

Cuando George W. Bush necesitaba justificar la invasión de Irak en 2003, Halabja resucitó como argumento moral. De repente, el Departamento de Estado que había guardado silencio en 1988 convirtió la masacre en propaganda contra Saddam. Donald Rumsfeld, el mismo que estrechó la mano del dictador mientras usaba químicos, ahora lideraba la campaña para derrocarlo citando... el uso de armas químicas.

La ironía es tan obscena que casi parece parodia. El gobierno que había proporcionado precursores químicos, inteligencia satelital y apoyo diplomático a Saddam, ahora lo condenaba por los crímenes que había facilitado. En 2010, el Tribunal Penal Supremo iraquí finalmente reconoció Halabja como genocidio, no solo crimen contra la humanidad. Ali Hassan al-Mayid, conocido como "Alí el químico", fue ejecutado en 2010. Saddam había sido ahorcado en 2006.

🕵️ ¿Qué sabía Estados Unidos y cuándo lo supo?

Documentos desclasificados: la pistola humeante

En 2013, documentos de la CIA desclasificados confirmaron lo que muchos sospechaban: Estados Unidos no solo sabía que Irak usaría armas químicas, sino que proporcionó inteligencia específica para maximizar su efectividad. Según Rick Francona, agregado militar estadounidense en Bagdad en 1988, Washington entregaba "paquetes de objetivos": no solo fotografías satelitales, sino recomendaciones específicas sobre cuándo, dónde y cómo Iraq debería ejecutar ataques químicos.

En un memorándum interno de noviembre de 1983, funcionarios estadounidenses documentaron que las tropas iraquíes recurrían al "uso casi diario de armas químicas" contra los iraníes. La respuesta de Reagan fue personal: al recibir un informe de inteligencia sobre una ofensiva iraní que podría capturar Basra, escribió en el margen: "Una victoria iraní es inaceptable". Las agencias de inteligencia recibieron autorización para transmitir toda la información detallada posible a Saddam, sabiendo que se usaría para lanzar ataques químicos ilegales.

La revista Foreign Policy lo reveló todo

En 2013, Foreign Policy publicó una investigación devastadora: Estados Unidos suministró información a Irak sobre preparativos de ofensivas iraníes durante toda la guerra, a sabiendas de que Bagdad respondería con armas químicas. Los agentes químicos se emplearon en cuatro ocasiones matando "cientos y miles de iraníes" cada vez, según la CIA.

Rick Francona fue claro en sus declaraciones: "Los iraquíes nunca nos dijeron que pensaban utilizar gases neurotóxicos. Ni necesitaban hacerlo, ya lo sabíamos". En marzo de 1988, el mismo mes de Halabja, la inteligencia estadounidense "fluía libremente" hacia el régimen de Saddam. Cuando ocurrió la masacre kurda, el Departamento de Estado estadounidense mintió descaradamente: culpó a Irán del ataque. Esta permaneció como la posición oficial de Estados Unidos hasta finales de los años 90.

💀 Las secuelas: 37 años después, Halabja sigue muriendo

Cáncer, malformaciones y abandono

Kamal Jalal tenía 17 años cuando vio morir a sus dos hermanas en el ataque químico. Hoy, con 47 años, vive conectado a un respirador 16 horas diarias. Los médicos le dijeron que perdió el 75% de sus pulmones. Como miles de sobrevivientes, Kamal nunca recibió indemnización por sus secuelas.

Halabja se convirtió en la zona con mayor incidencia de cáncer del Kurdistán iraquí. Muchos bebés nacen con malformaciones congénitas. Los residuos químicos permanecen en el suelo, en campos agrícolas, e incluso en bombonas sin explotar bajo los cimientos de edificios construidos recientemente. El envenenamiento químico continúa, 37 años después.

Hasta 200 familias siguen sin poder regresar a sus tierras contaminadas. Los supervivientes esperan indemnizaciones que nunca llegan, tratamientos médicos especializados que no existen, y reconocimiento internacional que se desvanece con cada ciclo de noticias. El gobierno kurdo, las autoridades centrales iraquíes y la comunidad internacional tienen una deuda con Halabja que nunca será saldada.

🎯 Reflexión final: La verdad no existe, solo las versiones convenientes

La historia de Halabja no es solo sobre una masacre química. Es sobre cómo las potencias reescriben la historia según sus intereses del momento. La misma tragedia fue culpa de Irán en 1988, un detalle menor en los 90, y un argumento moral para invadir Irak en 2003. Los muertos seguían siendo los mismos 5.000 kurdos, pero la narrativa cambiaba con cada administración estadounidense.

Donald Rumsfeld personifica esta hipocresía: el hombre que estrechó la mano de Saddam mientras usaba químicos, dos décadas después lideró la invasión citando... el uso de armas químicas. El gobierno que proporcionó precursores químicos e inteligencia satelital para maximizar el impacto de los ataques, luego condenó esos mismos crímenes como justificación para la guerra.

¿Y los kurdos de Halabja? Siguen enterrando a sus muertos, respirando con dificultad, dando a luz bebés con malformaciones, y esperando una justicia que nunca llegará. Porque en geopolítica, la verdad es el lujo de quienes no tienen petróleo ni ubicación estratégica.

La lección de Halabja es brutal pero clara: para las grandes potencias, los crímenes de guerra solo existen cuando es políticamente conveniente condenarlos. El resto del tiempo, son "daño colateral" en el gran tablero de ajedrez geopolítico.


🔥 ¿Y tú qué opinas?

¿Sabías que Estados Unidos proporcionó los precursores químicos que Saddam usó en Halabja? ¿Te enseñaron en la escuela que Donald Rumsfeld visitó a Saddam mientras usaba armas químicas contra civiles? ¿Crees que las potencias occidentales tienen autoridad moral para condenar crímenes de guerra que ellas mismas facilitaron?

Comparte este artículo si crees que es hora de hablar sobre la hipocresía occidental en Medio Oriente. Comenta tu opinión y ayúdanos a construir una conversación honesta sobre cómo se manipula la historia según conveniencias políticas.

👉 Suscríbete a La Verdad Compartida para más análisis que desarman narrativas oficiales y revelan las verdades incómodas que prefieren mantener ocultas.


📚 Temas relacionados que te pueden interesar:

  1. Operación Irán-Contra: Cuando Reagan vendía armas a ambos bandos - Cómo Estados Unidos armó simultáneamente a Irak e Irán durante la guerra de los 80, revelando que nunca fue sobre valores sino sobre intereses.
  2. Las armas de destrucción masiva que nunca existieron - Cómo Bush y Blair mintieron al mundo en 2003 para justificar la invasión de Irak, con consecuencias que aún sangran hoy.
  3. La Operación Ánfal: El genocidio kurdo que Occidente ignoró - Entre 1986 y 1989, Saddam masacró a 180.000 kurdos mientras era aliado de Estados Unidos. La historia completa del genocidio silenciado.

Objetivo del post: Provocar indignación moral fundamentada, exponer hipocresía de potencias occidentales, generar debate sobre manipulación histórica, posicionar el blog como referente en deconstrucción de narrativas geopolíticas oficiales, y atraer audiencia crítica con interés en política internacional.


Nota editorial: Este artículo forma parte de la serie "Mentiras que hicieron historia", donde revisamos los mitos que siguen vivos en la educación formal y popular.

Comentarios