🎖️ Los Contras de Nicaragua: Cuando "Luchadores por la Libertad" Eran Terroristas con Nómina de la CIA

Los contras de Nicaragua: guerrilla financiada por EE.UU. que asesinó 30.000 civiles mientras Reagan los llamaba "héroes morales". La libertad tiene precio.

Los contras de Nicaragua: guerrilleros con nómina de la CIA y manual de terrorismo incluido

Introducción

Imagina que alguien quema tu escuela, asesina a tu maestro, destruye la cooperativa donde trabajas y luego Ronald Reagan aparece en televisión llamando a esos asesinos "el equivalente moral de nuestros Padres Fundadores". Bienvenido a Nicaragua en los años 80, donde los contras protagonizaron una de las operaciones de propaganda más cínicas de la Guerra Fría. Mientras Washington los vendía como "luchadores por la libertad", en los campos nicaragüenses sembraban el terror sistemático contra civiles desarmados. Esta es la historia de cómo una guerrilla de ex torturadores somocistas se convirtió en héroes del capitalismo, financiados ilegalmente por la CIA, armados con manuales de sabotaje y blanqueados mediáticamente mientras dejaban 30,000 cadáveres. Y lo más inquietante: funcionó tan bien que todavía hoy mucha gente cree que fueron los buenos de la película.

🕵️ ¿Quiénes Eran Realmente los "Contras"?

El término "contra" (contrarevolucionario) escondía una realidad mucho menos romántica. No eran campesinos espontáneamente alzados contra el comunismo, como pintaba la propaganda estadounidense. Según documentos desclasificados del National Security Archive, el núcleo duro de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN) lo formaban ex miembros de la Guardia Nacional de Somoza, la misma dictadura que había torturado y asesinado opositores durante décadas.

Su líder militar, Enrique Bermúdez, había sido coronel de inteligencia somocista. Sus comandantes intermedios incluían a conocidos violadores de derechos humanos del régimen anterior. ¿La transformación mágica? Pasar de torturadores de una dictadura pro-estadounidense a "resistencia democrática" simplemente cambiando de enemigo.

La CIA los reclutó en Honduras desde 1981, añadiendo campesinos reclutados mediante presión (algunos forzados) y mercenarios centroamericanos. El informe de Americas Watch de 1985 documentó que muchos combatientes contras eran adolescentes secuestrados de comunidades rurales, no voluntarios ideológicos. La "resistencia popular" era, en gran medida, un ejército mercenario con nómina de Langley.

🎭 La Operación Encubierta Más Ilegal de EE.UU.

Aquí es donde la historia se vuelve deliciosamente criminal. En 1982, el Congreso estadounidense aprobó la Enmienda Boland, prohibiendo explícitamente fondos para derrocar al gobierno nicaragüense. ¿La respuesta de la administración Reagan? Hacer exactamente eso, pero en secreto, violando sus propias leyes.

El escándalo Irán-Contra (1985-1987) reveló que EE.UU. vendía armas ilegalmente a Irán (país bajo embargo) y desviaba las ganancias para financiar a los contras. Como explica el informe del fiscal especial Lawrence Walsh, funcionarios como Oliver North montaron una red clandestina que incluía traficantes de armas, dictadores centroamericanos y hasta carteles de droga.

Sí, leíste bien: el informe del Senado Kerry (1988) confirmó vínculos entre contras y narcotráfico. Algunos comandantes movían cocaína hacia EE.UU. con conocimiento de la CIA. La "guerra contra las drogas" de Reagan financiaba guerrilleros que traficaban drogas. La ironía es tan brutal que duele.

Pero lo más escalofriante fue el "Manual del Contra" (1983): un instructivo de la CIA titulado "Operaciones Psicológicas en Guerra de Guerrillas" que enseñaba tácticas terroristas, incluyendo "neutralizar" (eufemismo para asesinar) funcionarios civiles, sabotear infraestructura pública y crear "mártires" para culpar al gobierno sandinista. Cuando se filtró, causó escándalo internacional, pero para entonces el daño estaba hecho.

💀 El Verdadero Costo: 30,000 Muertos Que No Salieron en CNN

Los números oficiales hablan de más de 30,000 muertos entre 1981-1990, pero la realidad cualitativa es aún peor. Como documentó Human Rights Watch en informes de la época, los contras aplicaban terror sistemático contra población civil: maestros de alfabetización ejecutados por "difundir propaganda comunista", cooperativas agrícolas arrasadas, trabajadores de salud asesinados.

El testimonio ante el Tribunal Internacional de La Haya en 1986 (donde EE.UU. fue condenado por "uso ilegal de la fuerza") incluía relatos de torturas, violaciones masivas y ejecuciones de niños. Nicaragua ganó el caso. EE.UU. simplemente ignoró el fallo y vetó resoluciones de la ONU al respecto.

Un caso emblemático: el ataque a El Jícaro en 1983, donde contras masacraron a familias completas en una cooperativa cafetalera. Los sobrevivientes describieron cómo los atacantes llevaban uniformes estadounidenses y radios militares de última generación. Pero para los medios occidentales, estos eran "excesos aislados" de "luchadores por la libertad".

La guerra también destruyó la infraestructura del país. Escuelas rurales, clínicas de salud, puentes, silos de granos: todo objetivo militar según la lógica contrainsurgente. Nicaragua, ya empobrecida tras décadas de dictadura somocista, retrocedió generaciones en desarrollo humano.

🎪 La Desmovilización: Teatro Político con Cadáveres de Utilería

En 1990, tras años de guerra de desgaste y bloqueo económico estadounidense, los sandinistas perdieron las elecciones frente a Violeta Chamorro, viuda del periodista asesinado por Somoza (otra ironía histórica: la oposición anti-sandinista incluía a herederos políticos del régimen que mató a su esposo).

La ceremonia de desarme de los contras fue coreografiada para las cámaras internacionales. Comandantes como Franklin entregaron sus fusiles simbólicamente en actos que parecían reconciliación nacional. La narrativa oficial: "transición democrática exitosa". La realidad: miles de excombatientes quedaron abandonados, sin reinserción económica, muchos cayendo en el crimen organizado o reactivándose en conflictos posteriores.

Como analiza el historiador Matilde Zimmermann en "Sandinista: Carlos Fonseca and the Nicaraguan Revolution", la desmovilización fue más capitulación por agotamiento que reconciliación genuina. Los crímenes de guerra nunca se investigaron seriamente. La amnistía fue bilateral, pero solo un bando tenía manuales de la CIA enseñándole a "neutralizar" maestros.

Lo más cruel: muchos contras rasos eran campesinos pobres manipulados que terminaron siendo carne de cañón para una guerra geopolítica que no entendían. Ni Washington ni Managua cuidaron de ellos después. Fueron útiles mientras servían, descartables cuando ya no.

🤔 Libertad, ¿De Quién y Para Quién?

Aquí está la pregunta incómoda que debemos hacernos: ¿puede llamarse "libertad" a un movimiento armado íntegramente por una potencia extranjera? Los contras no surgieron orgánicamente: fueron creados, financiados, entrenados, armados y dirigidos desde Washington. Su agenda no la decidían nicaragüenses, sino estrategas de la Casa Blanca.

La definición de "terrorismo" vs "resistencia" es pura geopolítica. Cuando grupos armados atacan civiles para desestabilizar un gobierno enemigo de EE.UU., son "luchadores por la libertad". Cuando hacen exactamente lo mismo contra gobiernos aliados de EE.UU., son "terroristas". El método es idéntico; la etiqueta depende de quién paga.

Los medios occidentales de los 80 vendieron esta narrativa sin cuestionarla. Reagan llamó a los contras "el equivalente moral de nuestros Padres Fundadores" en 1985, mientras organizaciones de derechos humanos documentaban masacres sistemáticas. ¿Por qué funcionó? Porque en plena Guerra Fría, criticar a "anti-comunistas" era políticamente incorrecto, incluso cuando estabas defendiendo a asesinos financiados con dinero del narcotráfico.

🔍 El Espejo Incómodo: Nicaragua No Fue la Última

La fórmula probada en Nicaragua se ha repetido: financiar grupos armados "amigos", llamarlos libertadores, ignorar sus crímenes, conseguir cambio de régimen, declarar victoria democrática. Afganistán en los 80 (financiando mujahidines que luego fundaron Al-Qaeda), Siria en 2010s (armando "rebeldes moderados" que vendían armas a yihadistas), Libia, Venezuela...

Cada generación redescubre que las guerras proxy son caras, sangrientas y tienen consecuencias impredecibles. Pero la memoria es corta y la tentación geopolítica, eterna. Como dijo el senador John Kerry durante las audiencias Irán-Contra: "La pregunta no es si tenemos enemigos, sino si nos convertimos en aquello que combatimos cuando los enfrentamos".

Nicaragua perdió una década de desarrollo, enterró a una generación y quedó con heridas políticas que aún supuran. Daniel Ortega, ex guerrillero sandinista, regresó al poder en 2006 y hoy gobierna como el autoritario que supuestamente combatía. ¿La lección? Cuando aplicas terror para "liberar" un país, no creas democracia: creas trauma colectivo y ciclos de venganza.

Reflexión Final: ¿Quién Escribe la Historia Cuando los Muertos No Pueden Hablar?

La historia de los contras no es una anomalía: es el manual operativo del intervencionismo encubierto. Lo aterrador no es que ocurriera, sino lo bien que funcionó la manipulación mediática. Durante años, millones de personas creyeron que grupos financiados con narcotráfico y entrenados para asesinar maestros eran héroes morales.

Hoy, esos mismos patrones se repiten con nueva terminología: "primaveras árabes", "cambios de régimen humanitarios", "sanciones democráticas". Los nombres cambian, la lógica permanece. Decidimos que un gobierno es ilegítimo, financiamos su oposición armada, minimizamos sus crímenes, celebramos cuando cae, abandonamos el país al caos y repetimos.

La próxima vez que escuches sobre "luchadores por la libertad" respaldados por potencias extranjeras, recuerda Nicaragua. Pregúntate: ¿quién los financia? ¿Contra quiénes luchan realmente? ¿Y quién paga el precio en sangre? Porque la libertad genuina rara vez necesita nómina de la CIA. Y los verdaderos héroes casi nunca tienen manuales de terrorismo con sello de Langley.

¿Libertad o manipulación? La respuesta está en quién cuenta los muertos y quién escribe los titulares.

🔥 CALL TO ACTION

¿Conocías la verdadera historia de los contras o solo la versión hollywoodense? En plena era de "fake news", vale la pena recordar que la desinformación sistemática no es invento de internet: lleva décadas perfeccionándose. Comparte este artículo si crees que estas historias deben conocerse antes de que se repitan (spoiler: ya se están repitiendo). Comenta qué otros "luchadores por la libertad" deberíamos investigar para la serie "Mentiras que hicieron historia". Y si este tipo de análisis te parece necesario, suscríbete a La Verdad Compartida: aquí desenterramos lo que los libros de texto prefieren olvidar. La memoria es resistencia.

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