🛡️🇵🇪🇲🇽 Asilo o arma diplomática: ¿justicia selectiva en la ruptura Perú-México?

La reciente decisión del gobierno peruano de romper relaciones diplomáticas con México pone sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿estamos ante un gesto de defensa de soberanía o ante una doble vara de la “democracia” latinoamericana? El país andino reprocha a México el otorgamiento de asilo político a Betssy Chávez, ex primera ministra peruana, acusada de participar en un intento de disolución del Congreso en 2022. (AP News) Pero esta historia conecta con una tradición más amplia de asilo diplomático y con usos geopolíticos de la diplomacia en América Latina. Vamos a desmenuzarlo.

Embajada de México en Lima con banderas de México y Perú, símbolo de la tensión diplomática por el asilo a Betssy Chávez.

1. 🕰️ Tradición de asilo diplomático en Latinoamérica

La concesión de asilo diplomático tiene raíces profundas en nuestra región. Por ejemplo, en 1949 Víctor Raúl Haya de la Torre se acogió en la embajada de Colombia en Lima tras la represión en el Perú, lo que derivó en el caso “Haya de la Torre” ante la Corte Internacional de Justicia. Ese uso del asilo estableció un precedente para que los estados latinoamericanos lo consideren un derecho pero también un instrumento de política exterior.
En ese marco, México ha reivindicado ese papel de “refugio” para perseguidos políticos latinoamericanos. En el caso que nos ocupa, el país afirma que otorgó el asilo a Chávez conforme al artículo 11 de su Constitución y al derecho internacional. (El País)

2. 🔍 El caso actual: asilo de Betssy Chávez y ruptura diplomática

El 3 de noviembre de 2025, el gobierno de Perú anunció que pone fin a sus relaciones diplomáticas con México tras el otorgamiento del asilo a Chávez, ex primera ministra bajo el mandato de Pedro Castillo. (Reuters)
El gobierno peruano justifica su decisión alegando “interferencia reiterada” de México en sus asuntos internos, además de calificar el acto de asilo como “unfriendly act” (“acto hostil”). (AP News)
Por su parte, México ha señalado que el asilo no constituye intervención y calificó la ruptura de diplomacia como “desproporcionada”. (El País)
El fondo del asunto: Chávez está procesada por presunta rebelión vinculada al intento de Castillo de disolver el Congreso en diciembre de 2022. (Anadolu Ajansı)
Aquí se cruzan los conceptos de asilo como protección frente a persecución, y de asilo como apoyo político: ¿es legítimo o es instrumentalizado?

3. 🧩 Democracias y diplomacia como arma: ¿hipocresía en la región?

Cuando un país europeo otorga asilo por razones de persecución, todo parece “normal”. Pero cuando lo hace un Estado en Latinoamérica que además mantiene simpatías ideológicas con el asilado, la diplomacia entra en la arena política.
– En este caso, México estuvo alineado ideológicamente con Castillo y lanzó críticas al proceso que lo destituyó. (Wikipedia)
– Perú acusa que ese respaldo erosionaba su soberanía. (AP News)
Entonces: ¿es México un facilitador del asilo legítimo o un actor político que usa la diplomacia para debilitar a un gobierno vecino? ¿Y Perú, actuando en nombre de la “soberanía”, no está utilizando la ruptura diplomática como un instrumento de intimidación interna y externa?
El legado histórico muestra que el asilo puede ser tanto un gesto de humanidad como una señal política. Aquí los roles se mezclan.

4. 🌎 Comparaciones internacionales y precedentes

– En 1954, el gobierno ecuatoriano concedió asilo al dirigente peruano Haya de la Torre, generando una crisis diplomática entre Ecuador y Perú. Ese precedente muestra cómo el asilo puede devenir en conflicto bilateral.
– Más recientemente, se han visto tensiones entre países de América Latina cuando uno de ellos otorga asilo a exmandatarios o colaboradores que el otro considera delincuentes o golpistas.
– A nivel internacional, los países occidentales también han usado el asilo como arma diplomática (véase el caso de Julian Assange en la embajada de Ecuador, aunque con otros matices).
La analogía sirve para ver que el juego de “asilo = victimización política” puede convertirse en “asilo = arma diplomática”.

5. 🧐 Reflexión y dilemas finales

El caso Perú-México pone de relieve varios dilemas: ¿es Chávez víctima de persecución política o responsables de un intento de golpe? ¿Es México un protector de derechos humanos o un actor ideológico? ¿Es la ruptura diplomática de Perú una defensa legítima o un exceso que expone debilidades internas?
Más allá de las respuestas, lo que emerge es el espejo de una región donde la diplomacia, la soberanía y el asilo se cruzan con la geopolítica doméstica. Y en ese cruce, las democracias latinoamericanas caminan con tacones de vidrio.
¿Qué preferimos ver: un gesto de protección frente a la persecución o un juego de poder con víctimas incluidas?

Reflexión final:
¿Y tú qué crees, lector? ¿Estamos ante un caso legítimo de asilo político o ante un movimiento más de diplomacia ofensiva que de protección de derechos? Deja tu opinión, compártelo y abre el debate: la diplomacia latinoamericana no es solo protocolo, es batalla de narrativas.


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