Introducción: El Origen de una Operación que Marcó una Época
Pocos programas de inteligencia han tenido un impacto tan profundo y duradero en la geopolítica mundial como la Operación Ciclón. Esta operación encubierta de la CIA, desarrollada entre 1979 y 1989, no solo fue una de las más largas y costosas de la historia de la agencia estadounidense, sino que sus consecuencias resonarían durante décadas, configurando el panorama del terrorismo internacional, la política de Medio Oriente y las relaciones globales tal como las conocemos hoy.
La Operación Ciclón fue el nombre en código del programa diseñado para reclutar, entrenar y armar a fundamentalistas islámicos —conocidos como muyahidines— para combatir contra el gobierno de la República Democrática de Afganistán y el Ejército Rojo soviético. Lo que comenzó como una maniobra estratégica en el marco de la Guerra Fría terminaría generando consecuencias imprevistas que llegarían hasta el 11 de septiembre de 2001.
El Contexto: La Guerra Fría y el Golpe Comunista en Afganistán
Para comprender la Operación Ciclón, debemos retroceder a abril de 1978, cuando el Partido Democrático Popular de Afganistán, de orientación comunista y liderado por Nur Muhammad Taraki, tomó el poder mediante un golpe de estado. Este nuevo gobierno firmó rápidamente un tratado con la Unión Soviética, estableciendo un régimen filomarxista en una región estratégicamente vital.
El gobierno de Taraki implementó reformas radicales: leyes agrarias, educación secular obligatoria y modernización forzada. Sin embargo, estas medidas chocaron violentamente con las tradiciones islámicas y tribales del país. La respuesta fue brutal: ejecuciones masivas, opresión sistemática y una represión nunca antes vista en Afganistán. Como era de esperar, esto provocó una revuelta popular liderada por grupos muyahidines.
Los Intereses Estadounidenses
Estados Unidos observaba con creciente preocupación la expansión soviética en Asia Central. La administración Carter no podía permitir que ninguna fuerza diferente de ellos obtuviera control del Golfo Pérsico. El petróleo y su flujo hacia Occidente estaban en juego, y Washington estaba dispuesto a tomar medidas drásticas para proteger sus intereses.
El 3 de Julio de 1979: Nace la Operación Ciclón
Seis meses antes de la invasión soviética de Afganistán, el presidente Jimmy Carter firmó una directiva presidencial secreta el 3 de julio de 1979. Esta orden autorizaba el financiamiento inicial de 500 millones de dólares para crear un movimiento de guerrilleros islámicos en Afganistán y Pakistán. El arquitecto intelectual detrás de esta estrategia fue Zbigniew Brzezinski, el Consejero de Seguridad Nacional de Carter.
En una reveladora entrevista de 1998 con la revista francesa Le Nouvel Observateur, Brzezinski confesó abiertamente la verdadera intención de la operación:
"No presionamos a los rusos a intervenir, pero incrementamos a propósito la probabilidad de que lo hicieran... Esa operación secreta fue una idea excelente. Tuvo el efecto de atraer a los soviéticos hacia la trampa afgana... El día que los soviéticos cruzaron oficialmente la frontera, escribí al presidente Carter: 'Ahora tenemos la oportunidad de darle a la Unión Soviética su guerra de Vietnam'."
Esta declaración es crucial: Estados Unidos no respondió a la invasión soviética; la provocó deliberadamente.
La Invasión Soviética y la Escalada del Conflicto
El 24 de diciembre de 1979, la Unión Soviética invadió Afganistán. El régimen soviético derrocó a Hafizullah Amin (quien había depuesto a Taraki meses antes) y lo ejecutó, instalando en su lugar a Babrak Karmal como presidente títere.
El presidente Carter anunció públicamente que "la invasión soviética de Afganistán es la mayor amenaza a la paz desde la Segunda Guerra Mundial". Su respuesta fue contundente:
- Sanciones económicas contra la URSS
- Boicot a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980
- Renovación masiva de ayuda a Pakistán
- Compromiso militar en la defensa del Golfo Pérsico
Pero la verdadera respuesta sería mucho más profunda y secreta: la expansión masiva de la Operación Ciclón.
La Maquinaria de Guerra: Cómo Funcionaba la Operación
El Rol de Pakistán: ISI como Intermediario
La CIA no trabajó directamente con los muyahidines afganos. En su lugar, canalizó fondos, armas y entrenamiento a través del Inter-Services Intelligence (ISI), el servicio de inteligencia militar pakistaní. Esta estructura permitía a Estados Unidos mantener "negación plausible" sobre su involucramiento directo.
El general Muhammad Zia-ul-Haq, dictador militar de Pakistán, se convirtió en el coordinador principal de la operación. Bajo su supervisión, el ISI:
- Entrenó a más de 100,000 muyahidines
- Distribuyó miles de millones de dólares en financiamiento
- Coordinó con otros servicios de inteligencia (MI6 británico, servicios sauditas)
- Seleccionó qué grupos rebeldes recibirían apoyo
La Evolución del Financiamiento: De Millones a Miles de Millones
El presupuesto de la Operación Ciclón creció exponencialmente:
- 1979: Financiamiento inicial de $695,000
- 1980: Entre $20-30 millones anuales
- 1987: $630 millones anuales (cifra oficial)
- Total estimado: $40,000 millones durante 25 años
Sin embargo, el verdadero costo permanece clasificado debido al extremo secretismo de la operación. Estas cifras no incluyen las contribuciones de Arabia Saudita (que igualaba dólar por dólar la inversión estadounidense), el Reino Unido, China y otros aliados.
El Arsenal: De Rifles Antiguos a Misiles Stinger
El armamento suministrado evolucionó dramáticamente:
Fase inicial (1979-1982): Rifles Lee-Enfield británicos antiguos, armas de manufactura china y soviética capturadas
Fase intermedia (1983-1985): Armamento más sofisticado, morteros, lanzacohetes RPG
Fase final (1986-1989): Misiles FIM-92 Stinger antiaéreos de última generación
Los Stinger fueron un punto de inflexión. Alrededor de 2,300 de estos misiles fueron enviados a Afganistán, neutralizando efectivamente la superioridad aérea soviética. Los helicópteros Mi-24 Hind, el arma más temida del Ejército Rojo, se convirtieron en blancos fáciles.
El Entrenamiento: Forjando una Yihad
El programa de entrenamiento fue extenso y sofisticado:
- Campos de entrenamiento en Pakistán: Decenas de instalaciones a lo largo de la frontera afgano-pakistaní
- Oficiales paramilitares de la CIA: Personal de la División de Actividades Especiales (SAD) diseñó programas de guerra de guerrillas
- SAS británicos: Entrenamiento especializado en tácticas de comando
- Instructores egipcios y sauditas: Formación ideológica y religiosa
Los Arquitectos de la Operación
Zbigniew Brzezinski: El Estratega
El consejero de Seguridad Nacional vio en Afganistán la oportunidad perfecta para drenar los recursos soviéticos y vengar la derrota estadounidense en Vietnam.
Ronald Reagan: El Ejecutor
Cuando Reagan asumió la presidencia en 1981, expandió dramáticamente la operación. Reagan celebraba públicamente a los muyahidines. En 1983 declaró:
"Ver a los valientes afganos luchadores por la libertad contra modernos arsenales con simples armas de mano es una inspiración para aquellos que aman la libertad."
Reagan incluso llegó a dedicar el lanzamiento del transbordador espacial Columbia a los "luchadores por la libertad afganos".
Michael G. Vickers y Gust Avrakotos: Los Operadores
Michael G. Vickers, un joven oficial de operaciones paramilitares de la CIA, fue el verdadero arquitecto táctico de la estrategia. Trabajando bajo Gust Avrakotos, jefe regional de la CIA para Pakistán, Vickers diseñó el programa de acción encubierta que eventualmente quebraría la voluntad soviética.
El Senador Charlie Wilson: El Promotor
El congresista demócrata de Texas se convirtió en el campeón legislativo de la operación, asegurando presupuestos cada vez mayores. Su historia fue popularizada en el libro y película "La Guerra de Charlie Wilson".
El Lado Oscuro: Financiando al Extremismo Islámico
El Problema Gulbuddin Hekmatyar
El ISI pakistaní canalizó una cantidad desproporcionada del financiamiento a Gulbuddin Hekmatyar, líder del partido Hezb-e Islami. Los oficiales pakistaníes lo consideraban "su hombre", pero Hekmatyar era extremadamente problemático:
- Asesinó a otros líderes muyahidines rivales
- Atacó poblaciones civiles afganas
- Bombardeó Kabul con armas suministradas por Estados Unidos, causando 2,000 muertes
- Mantenía vínculos estrechos con elementos radicales árabes
La Llegada de los "Árabes Afganos"
La Operación Ciclón no solo armó a afganos. Se estima que 35,000 musulmanes extranjeros de 43 países diferentes fueron reclutados y entrenados por la CIA para combatir en Afganistán. Entre ellos:
- Osama bin Laden: El multimillonario saudita que operaba Maktab al-Khadamat (MAK), una organización que reclutaba voluntarios árabes
- Ayman al-Zawahiri (futuro líder de Al Qaeda)
- Decenas de futuros líderes de organizaciones terroristas
La Advertencia Ignorada
A finales de los años 1980, la primera ministra pakistaní Benazir Bhutto expresó su preocupación al presidente George H.W. Bush:
"Están creando un Frankenstein."
Su advertencia fue ignorada. Estados Unidos sostenía que todos sus fondos iban exclusivamente a rebeldes afganos nativos y negaba cualquier apoyo directo a bin Laden o los muyahidines árabes extranjeros. Sin embargo, la evidencia histórica sugiere lo contrario: la CIA facilitó la infraestructura que permitió el surgimiento de estas redes.
La Propaganda del Odio
La CIA y el Departamento de Estado fueron criticados por publicar y distribuir libros de texto destinados a adoctrinar a los niños afganos con mensajes de yihad, racismo y odio hacia los extranjeros. Estos textos glorificaban la violencia religiosa y promovían una visión extremista del Islam que tendría consecuencias devastadoras.
El Costo Humano: La Guerra en Afganistán
Bajas Soviéticas
Los soviéticos permanecieron en Afganistán durante diez años sangrientos:
- 14,000 soldados soviéticos muertos
- Más de 50,000 heridos
- Cientos de miles de afganos civiles muertos
- 5 millones de refugiados (mayor crisis de refugiados de la época)
El Éxodo de 1989
El 15 de febrero de 1989, el último soldado soviético cruzó el puente de la Amistad de regreso a la URSS. La retirada fue humillante y completa. La guerra había drenado los recursos económicos soviéticos y desmoralizado a la población. Muchos historiadores señalan a la derrota en Afganistán como un factor clave en el colapso de la Unión Soviética en 1991.
El Legado: Las Consecuencias Imprevistas
El Fin de la Operación y el Abandono
En 1989, con la retirada soviética, Estados Unidos consideró que la Operación Ciclón había cumplido su propósito. El financiamiento fue drásticamente reducido y eventualmente terminado en 1992, cuando los muyahidines tomaron Kabul y derrocaron al último gobierno comunista.
Pero Estados Unidos cometió un error estratégico fatal: abandonó completamente la región. No hubo inversión en reconstrucción, no hubo plan de estabilización, no hubo programa de desmovilización para los 100,000 combatientes entrenados y armados. La infraestructura militar, los arsenales y las redes yihadistas quedaron intactas.
La Guerra Civil Afgana (1992-1996)
Sin un enemigo común, los diferentes grupos muyahidines —divididos por líneas étnicas, tribales e ideológicas— comenzaron a luchar entre sí por el poder. Afganistán se sumergió en una brutal guerra civil:
- El Estado Islámico de Afganistán fue proclamado bajo Burhanuddin Rabbani
- Los "señores de la guerra" controlaban diferentes regiones
- Kabul fue bombardeada repetidamente por facciones rivales
- Decenas de miles de civiles murieron
El Surgimiento de los Talibanes
En 1994, un nuevo movimiento emergió del caos: los Talibanes, estudiantes de madrasas pakistaníes radicalizados que prometían restaurar el orden a través de una interpretación ultraconservadora del Islam. Muchos de ellos habían sido entrenados en los mismos programas que financió la CIA.
Para 1996, los Talibanes controlaban Kabul y la mayor parte de Afganistán, imponiendo una de las interpretaciones más estrictas de la ley islámica en la historia moderna.
Al Qaeda y el Camino al 11-S
Osama bin Laden regresó a Afganistán en 1996, invitado por los Talibanes. Allí estableció campos de entrenamiento para Al Qaeda, la organización que había fundado en 1988 usando las mismas redes, técnicas y arsenales que la CIA había proporcionado.
El 11 de septiembre de 2001, Al Qaeda ejecutó los ataques terroristas más devastadores en suelo estadounidense, matando a más de 3,000 personas. La conexión era innegable: Estados Unidos había entrenado y armado al hombre que orquestó el ataque.
La Invasión Estadounidense de 2001: El Círculo Completo
En octubre de 2001, Estados Unidos invadió Afganistán para derrocar a los Talibanes y capturar a bin Laden. La ironía histórica era brutal: Estados Unidos ahora luchaba contra los mismos grupos que había creado, entrenado y armado dos décadas antes.
La ocupación estadounidense duraría 20 años, convirtiéndose en el conflicto más largo en la historia de Estados Unidos. Cuando las tropas finalmente se retiraron en agosto de 2021, los Talibanes volvieron al poder en cuestión de semanas.
Análisis: ¿Valió la Pena?
El Argumento a Favor
Defensores de la Operación Ciclón argumentan que:
- Logró su objetivo principal: expulsar a los soviéticos de Afganistán
- Contribuyó significativamente al colapso de la URSS
- Demostró el poder del apoyo encubierto a insurgencias
- Fue una victoria estratégica en la Guerra Fría
Cuando Brzezinski fue confrontado años después sobre si lamentaba haber creado a Al Qaeda, respondió:
"¿Qué es lo más importante para la historia del mundo? ¿El Talibán o el colapso del imperio soviético? ¿Algunos musulmanes agitados o la liberación de Europa Central y el fin de la Guerra Fría?"
El Argumento en Contra
Los críticos señalan:
- Consecuencias imprevistas masivas: Creación de redes terroristas globales
- Costo humano: Millones de muertos y refugiados afganos
- Desestabilización regional: Pakistán, Asia Central y Medio Oriente
- Visión cortoplacista: No hubo plan para después de la victoria
- Radicalización: Promoción del extremismo islámico violento
- Boomerang: Estados Unidos eventualmente tuvo que luchar contra sus propias creaciones
El costo total —considerando las guerras posteriores, los ataques terroristas y la inestabilidad regional— supera con creces cualquier beneficio estratégico temporal.
Lecciones No Aprendidas
La Operación Ciclón ofrece lecciones cruciales sobre política exterior que, trágicamente, no han sido completamente asimiladas:
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Las operaciones encubiertas tienen consecuencias a largo plazo: Lo que parece una victoria táctica puede convertirse en desastre estratégico
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El enemigo de mi enemigo no es necesariamente mi amigo: Armar a grupos extremistas por conveniencia geopolítica es peligroso
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El abandono post-conflicto es desastroso: La reconstrucción y estabilización son tan importantes como la victoria militar
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La radicalización ideológica es difícil de revertir: Una vez que se siembran semillas de extremismo, crecen por generaciones
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La "negación plausible" no elimina la responsabilidad: Usar intermediarios no cambia las consecuencias de las acciones
Reflexión Final
La Operación Ciclón representa uno de los ejemplos más claros de la ley de consecuencias no intencionadas en política internacional. Lo que comenzó como una jugada brillante en el tablero de la Guerra Fría terminó creando amenazas que persisten hasta hoy.
La pregunta planteada por Brzezinski —si valió la pena crear el extremismo islámico para derrotar a la URSS— es profundamente inquietante. Asume que estos eran los únicos dos resultados posibles, ignorando las alternativas diplomáticas o las estrategias de contención menos militarizadas.
Hoy, cuando vemos las noticias sobre Afganistán, Pakistán, o cualquier ataque terrorista vinculado a grupos yihadistas, estamos viendo las reverberaciones de decisiones tomadas en 1979. La Operación Ciclón no solo cambió Afganistán; cambió el mundo.
La verdadera victoria en la Guerra Fría —si es que hubo una— fue extraordinariamente costosa. Y sus facturas siguen llegando décadas después.
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Fuentes consultadas: Documentos desclasificados de la CIA, entrevistas históricas con Zbigniew Brzezinski, investigaciones académicas sobre la guerra soviético-afgana, reportes de inteligencia pakistaní y británica, análisis históricos contemporáneos.
La historia de la Operación Ciclón es un recordatorio sombrío de que en geopolítica, como en física, cada acción tiene una reacción igual y opuesta. A veces, esa reacción tarda décadas en manifestarse, pero siempre llega.


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