La historia oficial suele pintar la expansión del cristianismo como una misión benevolente: frailes sonrientes, templos abiertos, almas salvadas. Pero en las páginas menos leídas de esa historia, lo que se impuso no fue solo una fe, sino una estructura colonial acompañada de violencia, destrucción cultural y represión espiritual.
🗿 Culturas borradas
- En América, la llegada de los conquistadores trajo consigo la destrucción sistemática de templos indígenas—no para construir escuelas, sino para levantar iglesias sobre las ruinas.
- Prácticas ancestrales como la medicina tradicional, rituales agrícolas y celebraciones de ciclos lunares fueron calificadas como “paganismo” o “idolatría”.
La evangelización no fue un diálogo entre dioses, sino un monólogo impuesto por el vencedor.
🔥 Métodos “de conversión”
- El uso de la tortura no era excepcional: desde la Inquisición en Europa hasta las encomiendas en América, hubo castigos físicos para quienes se resistían al bautismo.
- En África, misioneros y colonos marchaban juntos: mientras unos predicaban, otros armaban ejércitos.
🧠 La “pacificación” como estrategia retórica
La narrativa de la conversión pacífica funcionó como instrumento para justificar la colonización y silenciar los testimonios de resistencia. Al convertir pueblos enteros en “cristianos obedientes”, se legitimaba el control sobre sus tierras, cuerpos y memorias.
📜 Reflexión final
¿Evangelización o colonización espiritual? Tal vez no sean opuestos, sino dos caras de la misma espada.

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